El vendedor de herramientas

Había un hombre el cual era hijo de Shango y se dedicaba a fabricar piezas de santo. Este hijo de Shango era muy divertido y siempre estaba de fiesta en fiesta, por cuya razón era muy informal con los que le mandaban a realizar los trabajos. La gente le entregaba el dinero por adelantado porque le tenían confianza, ya que él era un verdadero maestro haciendo herramientas. 

El vivía confiado y los trabajos se le iban acumulando, cuando se ponía a trabajar para dar cumplimiento a lo que tenía atrasado le cogía la noche trabajando y sin haber terminado recogía y se iba para las fiestas regresando a su casa al amanecer, donde se acostaba a dormir. 

Un día se fue corriendo la voz por el pueblo, hasta que llegó a sus oídos las quejas sobre su informalidad, entonces decidió traer a un aprendiz para que lo ayudara, pero la gente se seguía quejando. Un día llegó una persona la cual tenía fecha fijada, pero las herramientas no estaban terminadas, el aprendiz recibía los recados, pero al mismo tiempo recibía regaños de cada cliente. 

Un día el aprendiz se cansó de la lucha con la gente por culpa de su amo, y le dijo a éste que no estaba dispuesto a soportar más los regaños, entonces el maestro lo despidió. El aprendiz se fue y puso un negocio de herramientas; con el negocio le fue muy bien; mientras que al hijo de Shango le empezó a ir mal ya que la gente inconforme no le mandaban a hacer los trabajos. 

Éste enfermó y fue a ver a Orunmila, ya que él pensaba que lo que le estaba pasando era porque el aprendiz le estaba haciendo brujería. Orunmila lo examinó y le dijo que todo lo que le estaba pasando era debido a que no cumplía con los trabajos y había creado mala fama, que hiciera ebbo para que se pudiera sentir bien de salud, pero que eso no lo ayudaría a prosperar en el negocio de herramientas de santo.

Baba Oyekun Meyi.



Publicar un comentario