El comerciante orgulloso

Había un comerciante que siempre le daba a beber café a un viejito que visitaba su comercio, éste le echaba la bendición, por lo que el negocio iba bien y poco a poco el comerciante fue prosperando.

El comerciante prosperó tanto que se tornó orgulloso, ya no atendía al viejito porque siempre estaba muy ocupado y le molestaba que el viejo fuera a su comercio, entonces lo fue despreciando.

Pasó el tiempo y frente a este comercio un desconocido puso una venta, cuando el viejito visitó su comercio y pidió un café, él se lo despachó y no se lo quiso cobrar. El viejito lo bendijo por su buena acción.

El viejo había dejado de ir al primer comercio porque se dio cuenta que el dueño lo despreciaba porque era pobre, por lo que comenzó a visitar todos los días el nuevo comercio, donde el dueño lo atendía muy bien y este nuevo comerciante empezó a prosperar.

Debido al buen trato que este nuevo comerciante daba a los clientes, la gente empezó a ir diariamente, por lo que la clientela del primer comerciante comenzó a ir en decadencia, además le faltaban las bendiciones del viejo, al poco tiempo tuvo que cerrar el negocio.

En cambio el nuevo comerciante, a pesar de estar prosperando, nunca dejó de tratar en buena forma al viejo, de ayudarlo en lo que fuera necesario y en lo que estuviera a su alcance.

Iwori Juani



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