Un día todos los Orishas se reunieron y fueron a casa de Orunmila a preguntarle que clase de trabajo tenía y de qué vivía; éste les contó, que todo lo hacía con su tablero y su irofa, los Orishas se mofaron de él, y se quedaron a ver si era verdad lo que decía.
Al rato entró un hombre enfermo de gravedad, Orunmila lo limpió y logró curarlo, el hombre se salvó de la muerte. Todos los Orishas comieron y bebieron de lo que Orunmila ganó y quedaron convencidos de su palabra.
Baba Ojuani Meyi
Publicar un comentario