Cuando Obatala dejó que Shango gobernara, como éste era muy joven, nadie lo quería respetar ni considerar, mucho menos obedecer y todos los días alguien iba a la casa de Obatala para mal ponerlo y hacerlo quedar mal. Obatala por ser quien es, nunca anda con rodeos para decir las cosas, entonces llamaba a Shango y se lo decía.
Tantos fueron los cuentos o chismes, que un día Shango le dijo a su padre: Por qué todos los días le dicen algo diferente de mi, nada de esto es cierto? Pero Obatala que conocía lo serio que era Shango cuando tenía responsabilidades, le exclamó: Hijo mío, yo quisiera que tu hicieras una comida para todos mis hijos y para mi, quiero que tu cocines lo más rico y delicioso que hay en el mundo.
Shango le realizó el festín a los hijos de Obatala, tal como lo había pedido e hizo para su padre lengua de res. A lo que Obatala exclamó: lengua es la mejor comida del mundo? Shango contestó: si papá, es lo mejor del Mundo.
Al transcurrir el tiempo Obatala volvió a pedirle a Shango que hiciera una comida para todos sus hijos, pero que para el preparara lo más malo que existe en el mundo. Shango preparó nuevamente el festín y a su padre nuevamente le dió lengua de res, Obatala le preguntó: Hijo si la otra vez me preparaste lo mismo y me dijiste que era lo mejor del mundo, por qué ahora me das lengua de res como lo más malo? A lo que Shango le respondió: Claro Papá, una buena lengua salva a un pueblo, pero una mala lengua puede ser la perdición del mismo pueblo.
Obatala le dijo: Tienes razón, es el motivo por el cual todos los días hablan de ti, y precisamente eso te hará más grande, cuando en el día no te mencionen, en bien o en mal, dejarás de ser Shango.
Baba Obara Meyi
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